ESE DEMONIO LLAMADO AMOR
Por Mallela V. Pérez Palomino
El amor es algo pasado de moda: esta es la premisa planteada por algunos en nuestra época, cuya característica es el materialismo, tiempo aciago en que la globalización derriba fronteras y defenestra principios.
Según el diccionario, el amor es afecto por el cual el ánimo busca el bien verdadero o imaginado y apetece gozarlo. Por otro lado, lo define como el sentimiento que atrae una persona hacia otra.
Existe el amor materno, el amor paterno, el amor fraterno, el amor a la patria, a Dios, el amor filial, el amor propio, el amor al arte, el amor pasional, el romántico. Dentro de este último podemos encontrar el amor platónico, el amor prohibido, el amor obsesivo.
Para Luis, galeno de profesión, el amor romántico es un padecimiento que se apodera de la mente y el cuerpo del enamorado, llevándolo al cielo o al infierno, según la respuesta del destinatario de ese sentimiento.
Puede pasar las noches en vela, obviar la alimentación, tener suspiros inexplicables, sonreírse en solitario, mariposeo en el estómago, deseo obsesivo de ver o escuchar al ser amado. Esto aunado a las taquicardias y a los deseos de experimentar caricias.
Según Ana María, sicóloga en ejercicio, el amor o enamoramiento es propio de las edades de pre-adolescencia y adolescencia, cuando todo se percibe de color de rosa. ¿Quién no recuerda su primer amor? Pero al mismo tiempo, el amor no conoce edad, raza, nacionalidad, religión o credo político. Trasciende fronteras y límites.
Gente común responde que es algo inherente a todo ser humano y alcanza a los animales, porque también se ama a las mascotas.
Amado, dedicado a la vida religiosa, piensa que el amor más grande es el que se puede sentir por la humanidad, como por ejemplo el demostrado por Jesucristo o la Madre Teresa de Calcuta. Y agrega que el amor materno es algo muy arraigado, porque está por encima del bien y del mal: la madre ama a sus hijos, sean buenos o sean malos.
El amor ha acaparado la atención de escritores, poetas, cantautores, directores de teatro y cine. William Shakespeare dio vida a la historia de Romeo y Julieta, donde el odio entre familias mutila la relación entre dos jóvenes enamorados.
En la novela Anna Karenina, la protagonista abandona su bien habido matrimonio y se fuga con su amante, para luego ser abandonada por el mismo y escaparse desesperada por la puerta del suicidio.
García Márquez, por su lado nos presenta el “Amor en los Tiempos del Cólera”, donde Fermina Daza, viuda de su primer matrimonio, ya en edad madura, encuentra el amor de alguien que estuvo enamorado de ella toda la vida sin albergar esperanza de ser correspondido.
Javier, un estudioso de filosofía, nos dice que el amor es lo más ilógico que existe, pues amas a quien no te ama, y te ama alguien que no amas. El amor no conoce de razonamientos, al igual que la fe y el arte: se siente y punto.
Pero ciertamente existe el amor tranquilo y reposado de los esposos, luego de años de vida en común, el amor imposible, como el que siente un hombre por la esposa de su mejor amigo. No es descabellado amar a dos personas al mismo tiempo, como sucedió con Guenevere, quien amó por igual al Rey Arturo y a Lancelot.
Hay quien le dado por llamar a la relación íntima, hacer el amor. Pero también existen los que hacen el amor por amor al arte y esto, en la mayoría de los casos, no tiene nada que ver con el noble sentimiento.
El amor ha despertado en los seres humanos las mejores y las peores reacciones: ha enaltecido y ha envilecido.
El Taj Majal es un monumento que recuerda el amor de un hombre por su difunta esposa e, increíblemente, según la leyenda, Otelo acabó con la vida de quien más amaba.
Como dice el dicho, hay amores que matan, no obstante hay amores que vuelven a la vida, como el amor por los nietos, ya que reverdecen ese objetivo de seguir viviendo, en aras del amor.
La Iglesia Católica insiste que no existe ningún
santo con las particularidades que la gente le da a San Valentín, pero sí
existe en el Santoral un santo con ese nombre.
Según lo investigado, hay diversas hipótesis
relacionadas a la celebración de esta fiesta que ahora, no sólo involucra a los
enamorados, sino que (no sabemos si fue por influencia mercantil), hace algunos
años nos habla de la amistad.
Eros o Cupido (mitología greco-romana), era la
creencia de un Dios que se dedicaba a flechar a las personas para crear el
milagro del amor.
De esta forma, se hizo la costumbre de ofrendarle
regalos con el propósito de poder ir hacia esa alma gemela que muchos anhelan
encontrar. Cristianizando esta creencia pagana, le dio el nombre de San
Valentín.
A finales del siglo III, en el Imperio Romano, la
política a nivel del estado era que los soldados deberían ser solteros, para
que su rendimiento y consagración fuera total para servir a Roma.
Se dice que en ese entonces, existió un cura
cristiano llamado Valentín que, en una capilla en la ciudad de Terni, se dio a
la tarea de casar a los enamorados a escondidas de los ojos de Roma.
Claudio II Emperador, desea conocer a quien ha
sido reconocido por todo el pueblo como el auspiciador de la consolidación del
amor de miles de parejas de enamorados, y mediante Asterius, hace que llegue a
su presencia. Realmente jamás el emperador tenía intenciones de perdonar al
sacerdote, pues de su propio puño y letra había abolido el matrimonio entre
para los soldados y Valentín tuvo la osadía de tratar de convertir al
cristianismo al emperador.
Asterius hace mofa de las creencias cristianas y
le hace un reto al sacerdote sobre su Dios pidiéndole que una de sus hijas,
ciega de nacimiento, pueda ver. Al obrarse el milagro, Asterius y toda su
familia se convierten al cristianismo, pero las presiones popular y política
logran que se procese al sacerdote, el cual es liquidado el 24 de febrero.
Durante su encierro se enamoró de la hija del
carcelero (a la cual devolvió la vista), y le escribía poemas y cartas que
firmaba como de tu Valentín . Es por ello, que los enamorados firman de esa
manera sus misivas de felicitación de esa fecha.
Por otro lado, se habla de una costumbre
ancestral propia de los romanos que tenía cerca de 800 años, mediante un rito
de iniciación, metiendo los nombres de diversas muchachas para un sorteo, el
cual daba una compañera de diversión a un joven romano. Todo esto en honor a
Lupercus, Dios de la fertilidad, fiesta celebrada el 15 de febrero.
En Inglaterra, también se celebra una fiesta a la
cual asistían hombres y mujeres para conseguir parejas, llamada la fiesta de
los valentinus y formalizaban sus uniones el 14 de febrero.
Se dice que la Iglesia Católica quiso detener
estas celebraciones paganas, utilizando al sacerdote martirizado y estableció a
San Valentín, al cual se le ve actualmente como Patrón de los Enamorados.
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